::¿De quién hablamos cuando hablamos de Luzuriaga?::

En este artículo le presentamos la historia inédita de la familia que le dió nombre a nuestra localidad.


¿QUIEN FUE EL DR.LUZURIAGA?

A raíz del documental que estamos realizando junto a Pablo Bello y Martín Biaggini, sobre la historia de Villa Luzuriaga y gracias al desinteresado aporte de muchísimos vecinos, hemos logrado establecer quién fue el Dr. Luzuriaga que en el año 1921 compró la manzana comprendida por las calles Buchardo, Almafuerte, R. Mejía (hoy Don Bosco) y Entre Ríos y fue loteada en  1945.
Nuestro personaje en cuestión es el Dr. Julio Félix Luzuriaga, jurisconsulto e historiador, miembro de sociedades científicas y culturales, casado con Celia Ledesma Arocena y padre de María Esther, Jorge Félix, Haydee, María de las Mercedes y Héctor (que suponemos era el famoso “Negro” que luego vivió al lado del café Arroyitos y muy conocido por los vecinos en los ‘40).
Ahora bien... ¿Qué relación de parentesco tenía Julio Félix con el Gral. Toribio de Luzuriaga? Veamos...
Manuel Luzuriaga y Elgarreta se casa con Josefa Isidor a Mexía y Estrada.  De esta unión nacen dos hijos Toribio Luzuriaga y Mexía y Manuel José Luzuriaga y Mexía.
Este último (Manuel) se casa con María Francisca de los Dolores Zapiola Lezica y tienen  varios hijos (pudimos rastrear a siete) uno de los cuales y el que nos interesa es Máximo Luzuriaga Zapiola quien se casa con Francisca Gigena y tienen tres hijos: Julio, Enrique Miguel (un famoso Gral. Expedicionario al desierto y que peleó en la guerra contra el Paraguay y que además fue gobernador de Chaco de 1893 a 1905) y Máximo.
Máximo Luzuriaga se casa con María Antonia Chávez (cuñada del poeta Martín Coronado y perteneciente a la familia del Gral. Las Heras).  Ellos  tuvieron siete hijos uno de los cuales fue Julio Félix Luzuriaga Chávez... ¡Sí! el mismo que vivió en nuestra Villa.
Todavía no podemos afirmar que el origen del nombre de nuestra Villa se origine en esta persona.  Algunos vecinos narran la anécdota de que Julio Félix pidió que la Vil la se llamara Luzuriaga en honor a Toribio que en definitiva era su tío bisabuelo y que  más allá del parentesco, era un prócer de la reconquista y de la  independencia.  Hasta el momento de escribir este artículo sólo pudimos confirmar que Julio Félix Luzuriaga fue propietario desde 1921 de una sola manzana, que por aquel entonces resultaba ser un lote pequeño  en comparación con los terrenos de los Méndez (dueños de prácticamente toda la Villa),  lo que no justificaba suficiente poder para decidir el nombre de nuestra localidad.  Pero hay algo más que todavía no contamos.  Una de las hermanas de Julio Félix fue Delia Luzuriaga quien  se casó con el Dr. Ramón S. Castillo  el mismo que durante la presidencia de Agustín P. Justo se desempeñó como ministro de Justicia e Instrucción Pública y posteriormente como ministro del Interior; que fue Vicepresidente de la República desde 1938, hasta que en 1940 se hizo cargo del Poder Ejecutivo por enfermedad del presidente Roberto M. Ortiz, y  tras renunciar éste en 1942  asumió la presidencia de la Nación.
Podríamos sencillamente atribuir a este parentesco el poder de Julio Félix para decidir nuestro nombre pero no queremos apresurarnos. Antes de llegar a esta conclusión debemos corroborar algunas cosas  más.
Si bien los datos que acabamos de presentar están respaldados por documentos y escrituras, las motivaciones que pudieron haber tenido los protagonistas para que la Villa llevara el nombre de Luzuriaga (incluso en algunos lugares figura Gral. Luzuriaga) son meras teorías.
Sin embargo no podemos obviar las historias que cuentan los vecinos, especialmente una que relató el Sr. Alfredo Laje y que fuera publicada en diciembre de 1991 en el periódico Villa Luzuriaga y su gente:
“La Villa debió llamarse Villa de las Margaritas a pedido de la familia Méndez que en su momento fueron dueños de la mayoría de las tierras de la Villa y sus alrededores.  Donarían tierra para una plaza, siempre y cuando se le diera a la Villa el nombre por ellos pedido.  Pero... siempre hay un pero, el vecino Dr. Luzuriaga pide que se le de el nombre de Luzuriaga.  Armándose por un momento un tole tole que se calmó después de aclarado el asunto.  Una junta de vecinos con la voz cantante del señor Bonano le habrían reprochado al Doctor Luzuriaga que quisiera perpetuarse dando su apellido a la Villa, cosa que como dije, él aclaró diciendo que no era por él que pedía el nombre sino que quería hacer justicia recordando al Gral. Toribio Luzuriaga que luchó por la emancipación de la Nación Argentina.  Y así es que desde ese día la villa se llama Luzuriaga y de esa forma perdió una plaza.” El Sr. Laje no aclara la fecha en que ocurrió este acontecimiento.  Lo que sabemos es que él llegó con su familia a la Villa en setiembre de 1928.
Como pueden ver, los recuerdos transmitidos de generación en generació n son valiosísimos, por algo la Academia Nacional de Historia ha comenzado a tenerlos en cuenta y darles la relevancia que se merecen.
Otro dato importante y que sí está documentado es que en la Ordenanza nº 542 del 1º de junio de 1939, mediante la cual el Honorable Concejo Deliberante de La Matanza aprueba la nueva nomenclatura de calles, en el listado ya aparece el nombre de Villa Luzuriaga (no figura la palabra Gral. antes del nombre).
En resumen:1) el Dr. Luzuriaga llega en 1921. 2) Entre 1928 y 1939 la Villa comienza a llamarse Luzuriaga.  3) El Dr. Luzuriaga tenía poder político suficiente para ganarle la pulseada a los Méndez en cuanto al nombre.
Pero para estar seguros de todo esto nos faltaría confirmar una cosa más: que en ninguna escritura anterior a 1921 figure Villa Luzuriaga como lugar de asentamiento de la propiedad.  Y es aquí que apelamos a la comunidad.  Si Ud. tiene una escritura con registros anteriores a 1921, le agradeceríamos que se f ije qué localidad figura en la misma y nos lo haga conocer.
También apelamos a la memoria y a la historia oral transmitida de padres a hijos, de abuelos a nietos, si Ud. cree conocer algo de la historia de la Villa, por más simple que parezca, no dude en llamarnos, ningún datos es pequeño o irrelevante. 
En alguna oportunidad les contaremos cómo un sencillo comentario de un vecino culminó siendo la punta del ovillo de toda esta trama.
Para finalizar, agradecemos profundamente a todos los vecinos que nos permitieron adentrarnos en sus recuerdos más íntimos. 
Cuando terminemos nuestro trabajo mencionaremos a todos y cada uno de ellos,  verdaderos juglares de nuestra historia.
Para contactarse con nosotros pueden hacerlo al

 
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